Terapia sexual
La terapia sexual son un conjunto de técnicas y estrategias dirigidas a tratar las disfunciones en el desempeño sexual para lograr una sexualidad plena y satisfactoria.
Los trastornos sexuales son bastante frecuentes y generan un gran sufrimiento personal, estrés, baja autoestima y, en muchos casos, problemas de pareja. Sin embargo, tienden a ocultarse debido a la vergüenza, la culpa o por razones culturales o educacionales.
Las causas de los trastornos sexuales pueden ser múltiples y son muchos los factores que pueden estar implicados en el mantenimiento del problema.
Cuando se inicia una terapia sexual, se evalúa cuidadosamente cada caso particular para determinar cuál es el tratamiento más adecuado, siempre dirigido a eliminar las dificultades en el desempeño sexual así como otros problemas de interacción sexual o relacional de la pareja.
Se interviene a nivel conductual para cambiar la conducta sexual inadecuada y a nivel psicológico para resolver conflictos más profundos a nivel individual o de pareja, en caso de ser necesario.
¿Cómo Trabajamos?
El inicio de un programa de terapia sexual resulta algo delicado en la mayoría de los casos, por lo que resulta de gran importancia realizar una buena acogida al paciente proporcionando un espacio donde pueda expresarse libremente y comunicar de manera clara cual es su problema, como se siente y cuales han sido sus intentos de solución.
Una primera fase consiste en valorar si el problema tiene un origen orgánico, en cuyo caso debe ser tratado por el médico, o resulta de un problema emocional, conductual o educacional.
También determinaremos si se trata de un trastorno primario (ha estado presente desde la primera experiencia sexual) o secundario (ha aparecido a partir de un determinado momento). Así mismo, se valora si el problema afecta a toda la sexualidad del cliente (total) o si se da solamente en determinados contextos o con determinadas personas (parcial).
odas las personas que padezcan algún tipo de disfunción sexual son susceptibles de acudir a tratamiento sexológico, tengan o no pareja estable.
Normalmente, cuando el cliente tiene pareja estable, la terapia se lleva a cabo con ambos miembros de la pareja, que tras las sesiones en el centro, tendrán que realizar una serie de “ejercicios para casa” encaminados a mejorar sus interacciones sexuales así como la comunicación y la intimidad entre ellos.
Se utilizan técnicas específicamente diseñadas para cada trastorno sexual, como la Técnica de Semanas, la Focalización Sensorial, la Técnica de Compresión de Masters y Johnson o los Ejercicios de Kegel así como Técnicas Cognitivas, Programas Educativos sobre Sexualidad o Específicas de Terapia de Pareja.
La intervención va dirigida a crear un ambiente libre de tensiones y presión, romper creencias y mitos que bloquean la respuesta sexual y poner en práctica una serie de ejercicios conductuales, todo ello con el objeto de que la pareja viva una sexualidad libre, abierta y satisfactoria.
La terapia sexual son un conjunto de técnicas y estrategias dirigidas a tratar las disfunciones en el desempeño sexual para lograr una sexualidad plena y satisfactoria.
Los trastornos sexuales son bastante frecuentes y generan un gran sufrimiento personal, estrés, baja autoestima y, en muchos casos, problemas de pareja. Sin embargo, tienden a ocultarse debido a la vergüenza, la culpa o por razones culturales o educacionales.
Las causas de los trastornos sexuales pueden ser múltiples y son muchos los factores que pueden estar implicados en el mantenimiento del problema.
Cuando se inicia una terapia sexual, se evalúa cuidadosamente cada caso particular para determinar cuál es el tratamiento más adecuado, siempre dirigido a eliminar las dificultades en el desempeño sexual así como otros problemas de interacción sexual o relacional de la pareja.
Se interviene a nivel conductual para cambiar la conducta sexual inadecuada y a nivel psicológico para resolver conflictos más profundos a nivel individual o de pareja, en caso de ser necesario.
¿Cómo Trabajamos?
El inicio de un programa de terapia sexual resulta algo delicado en la mayoría de los casos, por lo que resulta de gran importancia realizar una buena acogida al paciente proporcionando un espacio donde pueda expresarse libremente y comunicar de manera clara cual es su problema, como se siente y cuales han sido sus intentos de solución.
Una primera fase consiste en valorar si el problema tiene un origen orgánico, en cuyo caso debe ser tratado por el médico, o resulta de un problema emocional, conductual o educacional.
También determinaremos si se trata de un trastorno primario (ha estado presente desde la primera experiencia sexual) o secundario (ha aparecido a partir de un determinado momento). Así mismo, se valora si el problema afecta a toda la sexualidad del cliente (total) o si se da solamente en determinados contextos o con determinadas personas (parcial).
odas las personas que padezcan algún tipo de disfunción sexual son susceptibles de acudir a tratamiento sexológico, tengan o no pareja estable.
Normalmente, cuando el cliente tiene pareja estable, la terapia se lleva a cabo con ambos miembros de la pareja, que tras las sesiones en el centro, tendrán que realizar una serie de “ejercicios para casa” encaminados a mejorar sus interacciones sexuales así como la comunicación y la intimidad entre ellos.
Se utilizan técnicas específicamente diseñadas para cada trastorno sexual, como la Técnica de Semanas, la Focalización Sensorial, la Técnica de Compresión de Masters y Johnson o los Ejercicios de Kegel así como Técnicas Cognitivas, Programas Educativos sobre Sexualidad o Específicas de Terapia de Pareja.
La intervención va dirigida a crear un ambiente libre de tensiones y presión, romper creencias y mitos que bloquean la respuesta sexual y poner en práctica una serie de ejercicios conductuales, todo ello con el objeto de que la pareja viva una sexualidad libre, abierta y satisfactoria.